Imagen de woodleywonderworks en Flickr bajo licencia CC BY 2.0
Cuando acaba el curso siempre me embargan emociones contradictorias: alegría por el trabajo culminado y la tristeza por lo que acaba, por el grupo que ya no volverá a ser. Hoy he despedido a mis alumnos de Nivel Avanzado 2 y les he deseado suerte en los exámenes. Ya no estaré ahí para guiarlos, ahora les toca aventurarse solos y seguir otro camino.
Siempre me parece que la última clase debe ser un momento que se guarde en el recuerdo, que muestre que el esfuerzo realizado, por parte y parte, ha merecido la pena. Así que, tras hablar y ver uno de esos maravillosos «Commencement speeches» con que las universidades norteamericanas despiden a sus alumnos, me he lanzado yo a hacer el mío.
Les he agradecido este magnífico año en el que su trabajo me ha inspirado a hacerlo cada día mejor, a buscar nuevas formas de transmitirle mi entusiasmo por el inglés, por las tecnologías y por el aprendizaje. Les he agradecido el esfuerzo de venir a clase, haciendo verdaderos malabares para combinar trabajo, familia y el estudio. Y mi esperanza de que lo aprendido les sea útil y haya contribuido a que su vida sea más rica.
Para terminar, les he dedicado una frase a cada uno de ellos. Todos, a su manera, tienen algo único que los ha hecho imprescindibles en este grupo.
Gracias, Semi 5 de la EOI Puerta de la Mar.
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